¿Cómo mantener el peso con éxito? Evita recuperarlo con estas estrategias.

¿Cómo mantener el peso con éxito? Evita recuperarlo con estas estrategias.

Perder peso no es un proyecto con una meta final. La gente piensa que una vez que alcanza ese número que siempre ha querido alcanzar, ya ha terminado. Pero las habilidades que se necesitan para perder peso son diferentes de las que se necesitan para no recuperarlo. Si te estás preguntando: «¿Cómo se mantiene el peso sin sentirse miserable?», la respuesta no es hacer dieta. Es cambiar tu forma de vida.

Tu cuerpo se defiende (y eso es normal)

Lo primero que debes saber es que la biología juega en tu contra. Cuando pierdes una cantidad significativa de peso, tu cuerpo no te aplaude. Piensa que estás pasando por una hambruna.

Las investigaciones demuestran que, tras perder peso, las hormonas del hambre aumentan y las hormonas de la saciedad disminuyen. El metabolismo también se ralentiza más de lo esperado para el nuevo tamaño. Esto se denomina adaptación metabólica. El cuerpo se vuelve muy eficiente a la hora de retener calorías.

Por eso, «comer de forma intuitiva» suele fracasar justo después de una dieta. Tu intuición te dice que comas todo lo que ves porque tu cerebro quiere recuperar las reservas de energía perdidas.

Para mantener tu nuevo peso, no puedes basarte solo en cómo te sientes. Necesitas un sistema. Necesitas un plan que tenga en cuenta el hecho de que tu cuerpo quiere recuperar el peso perdido. No es una falta de fuerza de voluntad. Es biología. Tienes que ser más inteligente que tus hormonas.

La estrategia de la «línea roja»

Las personas que logran mantener su peso no ignoran la báscula, pero tampoco dejan que esta controle su estado emocional. Tratan el peso como un dato más.

La mejor manera de manejar esto es establecer una «línea roja».

Se trata de un peso específico que suele estar entre 1,5 y 2,5 kg por encima de tu peso ideal y que actúa como un detonante. Vives tu vida. Disfrutas de las comidas fuera de casa. No controlas cada caloría que ingieres. Pero te subes a la báscula con regularidad.

Si estás por debajo de tu línea roja, no hagas nada. Sigue viviendo tu vida. Pero en el momento en que alcances ese número, activa un protocolo de corrección previamente planificado.

Esto elimina las conjeturas. No tienes que preguntarte si deberías volver a hacer dieta. Solo tienes que seguir las reglas que te has impuesto. Por ejemplo, tu protocolo podría ser: «Si llego a los 75 kg, dejaré el alcohol y los postres durante cuatro días».

Esto evita que un pequeño desliz se convierta en una recuperación masiva. Detecta el problema cuando es pequeño y manejable.

Muévete más, come más (el modelo de alto flujo)

Existe una gran idea errónea de que para mantener el peso hay que comer como un pajarito para siempre. Eso suena miserable y rara vez funciona.

Las investigaciones sobre personas que han mantenido la pérdida de peso durante años apuntan a un concepto denominado «alto flujo». Esto significa tener un alto gasto energético. Estas personas no mantienen su peso pasando hambre. En cambio, comen una cantidad adecuada de alimentos, pero también se mueven mucho.

Mantener un peso bajo con una ingesta baja en calorías es delicado. Una galleta de más puede echarte por tierra. Pero si mantienes tu peso con mucha actividad y más calorías, tu metabolismo funciona mejor. Tienes más margen de maniobra.

Concéntrate en tu recuento de pasos. Caminar es el arma secreta para mantener el peso. Quema calorías sin provocarte un hambre voraz, como puede ocurrir con el ejercicio cardiovascular intenso. Intenta mantener un nivel alto de actividad diaria y descubrirás que puedes comer comidas más normales sin que la báscula suba.

Realiza una auditoría de la cocina

La fuerza de voluntad es como una batería. Se agota a lo largo del día. Si confías en tu fuerza de voluntad para decir «no» a las galletas que hay en la encimera cada vez que entras en la cocina, al final acabarás perdiendo.

Las personas que logran mantener su peso no son personas con una disciplina férrea. Son personas que diseñan su entorno de manera que no necesiten disciplina.

Haz una auditoría de tu cocina. Si hay algún alimento que no puedes dejar de comer una vez que empiezas, no debería estar en tu casa. Haz que te resulte difícil conseguirlo. Si te apetece un helado, establece la regla de que tienes que ir andando a la tienda a comprar una sola bola. Podrás seguir comiéndolo, pero tendrás que esforzarte para conseguirlo.

Por otro lado, haz que los buenos hábitos sean fáciles. Coloca tu ropa de gimnasio junto a la cama. Mantén un bol con fruta sobre la mesa. El objetivo es hacer que la opción saludable sea la más fácil. Cuando estés cansado y estresado, elegirás lo que te resulte más fácil. Asegúrate de que lo más fácil sea algo que te ayude a alcanzar tu objetivo.

La psicología de la «próxima comida»

La principal razón por la que las personas recuperan el peso perdido es el efecto «qué más da».

Te comes un trozo de pizza. Entonces piensas: «Bueno, ya he echado por tierra mi dieta. Qué más da, me comeré toda la pizza». Luego te sientes culpable, así que comes mal durante el resto del fin de semana y prometes empezar de cero el lunes.

Este pensamiento de «todo o nada» es peligroso.

Para mantener el peso, hay que adoptar la regla de la «próxima comida». Si comes en exceso, no has fracasado. Solo has comido algo. Tu única tarea es hacer que la siguiente comida sea saludable.

No te mates de hambre para «compensarlo». Eso solo hará que vuelva a empezar el ciclo de atracones y restricciones. Vuelve inmediatamente a la normalidad. Una mala comida no te hace engordar. Tres días de atracones porque te sentías culpable por esa comida.

Cambiar tu identidad

En última instancia, la respuesta a «¿cómo se mantiene el peso?» tiene que ver con la identidad. Hay que dejar de pensar en uno mismo como alguien que está «a dieta» o «sin dieta».

Eres simplemente una persona que lleva un estilo de vida saludable.

Eso significa que a veces comes pasteles, pero principalmente comes verduras y proteínas. Significa que priorizas el ejercicio físico, no para quemar las calorías del almuerzo, sino porque te hace sentir bien. Significa que respetas tu cuerpo lo suficiente como para escuchar la línea roja cuando te advierte.

Lleva tiempo desarrollar esta confianza en ti mismo. Pero una vez que dejas de luchar contra tu cuerpo y empiezas a crear sistemas para apoyarlo, el miedo a volver a ganar peso comienza a desvanecerse. Ya no estás a dieta. Simplemente estás viviendo.

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Cómo se mantiene el peso después de perderlo?
El peso se mantiene utilizando sistemas estructurados —control regular del peso, un umbral de línea roja, ejercicio diario constante y un entorno alimentario favorable— en lugar de depender de la fuerza de voluntad.

¿Por qué es más difícil mantener el peso que perderlo?
Después de perder peso, las hormonas del hambre aumentan y el metabolismo se ralentiza, una respuesta biológica llamada adaptación metabólica. Esto hace que tu cuerpo te empuje de forma natural a recuperar peso.

¿Qué es la estrategia de la línea roja?
Una línea rojaes un peso de entre 1,5 y 2,5 kg por encima de tu objetivo. Cuando la alcanzas, activas una rutina de corrección previamente planificada para evitar que las pequeñas ganancias se acumulen.


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