Hoy vamos a hablar de la alimentación emocional porque para algunas personas, perder peso implica algo más que crear un déficit calórico porque tienen problemas subyacentes que afectan a su salud psicológica. Uno de los mayores retos a los que se enfrentan muchas personas es la alimentación emocional, que puede sabotear sus objetivos de pérdida de peso y mantenerlos atrapados en un ciclo poco saludable.
La alimentación emocional es difícil de controlar porque no se trata sólo de superar una afección subyacente con medicación o un procedimiento no quirúrgico de pérdida de peso, sino que también requerirá algún tipo de terapia de alimentación emocional. La buena noticia es que con las herramientas adecuadas y un buen sistema de apoyo, se puede romper este ciclo y construir una relación más sana con la comida.
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¿Qué es la alimentación emocional?
La alimentación emocional consiste en utilizar la comida para hacer frente a los sentimientos en lugar de comer porque realmente se tiene hambre. Suele ocurrir cuando se está estresado, triste, aburrido o incluso cuando se está de celebración. Es posible que busque tentempiés a altas horas de la noche, que coma cuando no tiene hambre o que le apetezcan alimentos reconfortantes como dulces y patatas fritas.
Este patrón puede crear un ciclo poco saludable en el que usted come para sentirse mejor y luego se siente culpable por comer en exceso, lo que le lleva a comer más por motivos emocionales. Poco a poco, esto puede dificultar el mantenimiento de un peso saludable y afectar a tu bienestar emocional.
Factores desencadenantes de la alimentación emocional
Comprender los factores que desencadenan su alimentación emocional es el primer paso para poder cambiar su comportamiento y controlar eficazmente su peso. Algunos de los desencadenantes más comunes son:
- Estrés: Cuando sus niveles de estrés son altos, una hormona llamada cortisol se libera en su sistema y puede aumentar los antojos de alimentos altamente procesados, llenos de azúcar y otras opciones de alimentos poco saludables.
- Aburrimiento o soledad: Cuando estás triste o aburrido, comer puede convertirse en una forma de llenar el tiempo o de hacerte sentir mejor. Hay una parte del cerebro conocida como centro de recompensa que libera una sustancia química llamada dopamina cuando comes determinados alimentos, como los ricos en azúcar, sal o grasa. La dopamina ayuda a mejorar el estado de ánimo y proporciona sensaciones temporales de satisfacción, pero poco a poco el cerebro puede empezar a confiar en estos alimentos como una forma fácil de "sentirse bien" aunque no se tenga hambre.
- Fatiga: Cuando no has dormido lo suficiente y estás cansado, tu cuerpo libera más grelina, que es la hormona que te hace sentir hambre, y suprime la liberación de leptina, que es la hormona que te hace sentir saciado. Tu cuerpo puede empezar a desear alimentos poco saludables que le proporcionen energía rápida.
- Emociones negativas: Sentirse triste, enfadado o frustrado puede llevar a comer emocionalmente porque los alimentos reconfortantes hacen que el cerebro libere sustancias químicas que le ayudan a sentirse más tranquilo o feliz, pero sólo duran un rato. En lugar de afrontar el verdadero problema, se recurre a la comida para distraerse o sentir que se tiene el control.
- Hábitos infantiles: Muchas personas fueron recompensadas con golosinas cuando eran niños o crecieron en hogares donde la alimentación se centraba en las emociones, y este patrón puede continuar en la edad adulta.
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Cómo dejar de comer emocionalmente
Liberarse de la alimentación emocional implica desarrollar nuevos hábitos y estrategias de afrontamiento. A menudo requiere la ayuda de profesionales autorizados, pero aquí tienes algunas estrategias que te ayudarán a reconocer patrones, etc.
1. Llevar un diario
Anote lo que come, cuándo lo come y cómo se siente en ese momento. Esto puede ayudarte a identificar tus patrones y lo que desencadena tu alimentación emocional.
2. Practicar la alimentación consciente
Preste atención a lo que come y cuándo lo come. Coma despacio, masticando cada bocado, y aprenda a escuchar las señales de hambre y saciedad de su cuerpo. No coma mientras ve la televisión, mira el móvil o hace cualquier otra cosa que no sea comer durante la comida. Cuando comes distraído, a menudo no eres consciente de lo que comes o de cuánto comes.
3. Encontrar formas sanas de afrontar las emociones
Si tiendes a recurrir a la comida cuando te invaden las emociones, intenta realizar actividades que te ayuden a relajarte y con las que disfrutes.
- Salga a pasear.
- Haz algo de ejercicio.
- Practica la respiración profunda o la meditación.
- Dedica tiempo a una afición que te guste.
- Habla con un amigo.
- Escribe en un diario.
4. Planificar comidas y tentempiés equilibrados
Comer con regularidad y de forma equilibrada puede ayudar a mantener estable el nivel de azúcar en sangre y a reducir los antojos. Incluir una mezcla de proteínas, grasas saludables y fibra ayudará a darle a tu cuerpo lo que necesita para funcionar correctamente y mantenerte satisfecho.
5. Construir un sistema de apoyo
Las investigaciones han demostrado que las personas que cuentan con un sistema de apoyo sólido tienen más éxito a la hora de alcanzar sus objetivos de pérdida de peso y mantener un peso saludable. Comparte tus objetivos con amigos y familiares, o únete a un grupo de apoyo, porque tener gente con la que hablar puede darte ánimos y responsabilidad.
6. Practicar la autocompasión
No esperes ser perfecto ni cambiar de la noche a la mañana, ten paciencia si cometes un error y no te obsesiones con ello. Reconoce tu error, aprende de él y sigue avanzando. El cambio lleva su tiempo, pero si te mantienes centrado en tus objetivos y recibes el apoyo que necesitas, podrás alcanzar el éxito.
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Terapia de alimentación emocional
Por lo general, la alimentación emocional requiere ayuda profesional para superarse, por lo que si se trata de un reto persistente para usted, trabajar con un terapeuta puede ser muy beneficioso. Un profesional especialmente formado puede ayudarte:
- Comprenda qué desencadena su alimentación emocional.
- Desarrollar estrategias de afrontamiento más sanas.
- Identificar y tratar cualquier problema relacionado, como la ansiedad o la depresión.
La terapia puede proporcionar un espacio seguro para analizar honestamente su relación con la comida y las emociones, de modo que pueda hacer cambios duraderos.
Cuándo buscar ayuda profesional
Deberías plantearte buscar ayuda si:
- Siente que su alimentación emocional está fuera de control.
- Comes a escondidas o te avergüenzas de tus hábitos alimentarios.
- Sus hábitos alimentarios están afectando a su salud o a su calidad de vida.
El Dr. Steven Batash y su equipo de profesionales en Batash Endoscopic Weight Loss Center puede ayudar a guiarlo hacia hábitos más saludables y una relación más equilibrada con los alimentos. Además de ofrecer diversas herramientas que ayudan con la pérdida de peso, podemos proporcionar orientación nutricional y conexiones con otros profesionales que pueden ayudarle a ganar esta lucha.
Comer emocionalmente no es infrecuente, pero no es algo a lo que tenga que enfrentarse solo. Con la ayuda del equipo del Centro Endoscópico para la Pérdida de Peso Batash y de otros profesionales cualificados, podrá comprender mejor los factores que le provocan este trastorno y desarrollar nuevas formas de afrontarlo. Controlar sus hábitos alimentarios puede ayudarle a mejorar su salud y su calidad de vida.
Si usted está listo para hacer un cambio y mejorar su salud, póngase en contacto con Batash Endoscopic Weight Loss Center hoy y programar una consulta para aprender más acerca de cómo podemos ayudarle a lograr la pérdida de peso sostenible.
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